Guanajuato, Gto.- En 1986, Octavio Paz publicó en la revista “Vuelta” un memorable ensayo sobre el pintor guanajuatense Hermenegildo Bustos, en el que menciona: “Merece ser recordado por lo que realmente fue: un extraordinario retratista. (…) En los retratos se revela como un pequeño maestro. Pequeño por las limitaciones del género, por el número de sus cuadros y hasta por la modestia de sus dimensiones; maestro por su intensidad, su penetración y, no pocas veces, por su perfección”.
Desde 2017, la tierra natal de este genial y singular artista mexicano honra su memoria con el Museo Hermenegildo Bustos, establecido frente al jardín principal del municipio Purísima de Bustos y que resguarda cuatro exposiciones permanentes relacionadas con Bustos y su contexto.
El espacio que actualmente ocupa el museo se ubica en la manzana principal de la cabecera municipal de Purísima del Rincón, a un costado del mercado municipal y frente la Parroquia de la Purísima Concepción que adereza el jardín principal con sus grandes árboles y su kiosco central de hierro fundido.
La construcción se encuentra cimentada en lo que fue el panteón municipal y posteriormente fueron construidas un par de propiedades particulares que luego se transformaron en escuelas primarias, hasta antes de materializar la iniciativa de construir un espacio cultural que rindiera homenaje al artista purisimense. La edificación se encuentra distribuida en una planta, con un espacio administrativo en segundo nivel. La distribución del espacio expositivo es de una estructura reticular con salas conexas y un gran patio central rematado por una arquería y jardineras con árboles de limas que caracterizan a la población.
El museo fue inaugurado el 8 de agosto de 2017 con un acervo proveniente de colecciones del Instituto Nacional de Bellas Artes, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Instituto Estatal de la Cultura, la parroquia de la Purísima Concepción y la Casa de la Cultura de Purísima del Rincón.
La primera de las muestras permanentes de este museo se dedica a la historia y el contexto social que viera nacer a Hermenegildo Bustos (1832-1907), por medio de imágenes religiosas que dan fe y testimonio del costumbrismo y de la fervorosa tradición en que se desarrolló la historia del municipio entre las que destacan las pinturas de la Virgen Dolorosa.
En la segunda exhibición se presenta pintura votiva o exvotos, que son dedicados a algún santo en agradecimiento por el favor concedido. Estas pinturas se elaboraban popularmente con las habilidades y materiales más económicos que se encontraban en la región. Bustos llegó a elaborar este tipo de pinturas, también llamadas “milagros”, aunque su autoría ha podido ser identificada en muy pocas piezas.
Las exposiciones estelares son las dedicadas a la obra retratística de Hermenegildo Bustos y a La Judea. Se presentan una selección de retratos de personajes de distintos estratos económicos, donde resalta su virtuosismo para los rostros, que plasma con gran naturalidad y una fina sensibilidad para captar no sólo las facciones, sino el carácter de cada personaje.
Finalmente está la sala dedicada a la Judea, tradición que implantara también el multifacético Bustos, para la cual talló las máscaras de los ocho personajes principales que protagonizan el evento que se celebra cada año desde 1873, en el marco de la Semana Santa. La Judea es una representación popular centrada en la persecución de Judas tras haber entregado al mesías y su posterior crisis de delirio y culpabilidad.
Además de máscaras que preservan el diseño de Bustos y fotografías históricas, se presenta un mural alusivo a esta festividad realizado por el maestro guanajuatense Jesús Gallardo.
El Museo Hermenegildo Bustos se convierte así en un espacio ideal para conocer no sólo a un artista que causa admiración dentro y fuera de México, sino también para sentir de cerca esa alma pueblerina de la que se alimentó y enriqueció con su ingenio.
