Sonia Herrera Chávez, estudiante de posgrado en Ciencias Químicas de la Universidad de Guanajuato (UG), se encuentra inmersa en un proyecto crucial: la degradación de fármacos presentes en aguas residuales, especialmente aquellos utilizados durante la pandemia por COVID-19. Su interés por este campo se despertó durante sus estudios de Licenciatura en Químico Farmacéutico Biólogo en la UG, donde colaboró con el Dr. Juan Manuel Peralta Hernández en investigaciones sobre el tratamiento de aguas residuales.
Las aguas residuales, afectadas por actividades humanas, requieren tratamiento para su purificación y potencial consumo, lo cual es vital para preservar la salud de los ecosistemas y de la población. La excreción de residuos de fármacos por parte de las personas contamina los cuerpos de agua, lo que puede acarrear serias consecuencias para la salud humana y animal, incluyendo enfermedades renales y riesgos de cáncer.
Sonia Herrera se enfoca actualmente en investigar la degradación de fármacos bajo la dirección del Dr. Juan Manuel Peralta Hernández, dada la preocupación por el incremento del consumo de fármacos durante la pandemia. Este tipo de contaminantes orgánicos representa un desafío para los métodos de tratamiento convencionales.
Los fármacos experimentan transformaciones en el organismo después de su consumo, generando subproductos que pueden ser aún más tóxicos que el compuesto original. Por ello, Sonia busca desarrollar métodos de degradación más eficientes y económicos, utilizando técnicas electroquímicas de oxidación avanzada.
Hasta ahora, los resultados obtenidos por Sonia en la degradación de fármacos mediante procesos electroquímicos han sido prometedores, especialmente en el caso del paracetamol, cuyo metabolismo presenta desafíos adicionales debido a los subproductos generados.
Sonia Herrera reflexiona sobre la importancia de un consumo responsable, no solo de fármacos, sino de cualquier sustancia que utilicemos o generemos. Destaca la relevancia de adoptar prácticas más conscientes para mitigar la necesidad de técnicas avanzadas de tratamiento.
Es fundamental recordar que la descarga de aguas residuales sin tratar, provenientes de actividades domésticas, industriales, agrícolas y pecuarias, contribuye significativamente a la contaminación de cuerpos de agua, poniendo en riesgo la salud pública y la integridad de los ecosistemas, según la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).