Luis Rey Castañeda Rodríguez, estudiante del Doctorado en Biociencias de la Universidad de Guanajuato (UG) es un joven científico de 27 años, orgullosamente originario de la comunidad San Antonio de Chico, en Irapuato, Gto., quien este mes fue acreedor al Premio Estatal Juventudes Grandeza 2024, en la categoría de Academia e Investigación.
Sus investigaciones se centran en estudiar productos endémicos del país, así como productos con importancia económica y cultural cómo el café y las flores comestibles. También estudia tecnologías para la conservación de los alimentos, cómo la aplicación de ozono gaseoso y compuestos volátiles, además del desarrollo de alimentos funcionales altamente nutritivos.
Su trabajo impacta positivamente los ejes de seguridad alimentaria, salud, nutrición y desarrollo sostenible en el país. Pero además atienden problemáticas económico-sociales.
Luis Rey Castañeda estudió Ingeniería en Alimentos y la Maestría en Biociencias en la División de Ciencias de la Vida del Campus Irapuato – Salamanca. Sus tesis se enfocan en el área de Ciencia y Tecnología de Alimentos. En ambas obtuvo la distinción de trabajo laureado. Al finalizar sus estudios de licenciatura, obtuvo un reconocimiento por su desempeño sobresaliente en el Examen General de Egreso (EGEL del CENEVAL).
“Me considero una persona resiliente, disciplinada, perseverante, constante y prueba de ello es que, desde que tengo 21 años y hasta la fecha, he desarrollado investigaciones de calidad que impactan positivamente a nuestro país”, consideró el estudiante.
Producto de sus investigaciones, tiene cuatro artículos como primer autor, el primero de ellos lo desarrolló durante sus estudios de licenciatura, lo cual es muy poco común en México y, de hecho, en el mundo. Los tres restantes fueron producto de sus estudios de maestría. Su investigación más destacada está publicada en una de las revistas más prestigiosas a nivel mundial sobre Ciencia y Tecnología de Alimentos, esta es la Food Research International con un factor de impacto de 7.
“Para mí las colaboraciones son muy importantes, por eso he colaborado con investigadores de talla nacional e internacional. Como coautor, he publicado dos artículos científicos y un capítulo de libro. Todas estas investigaciones me han dado un índice h de 3 y 17 citas en Scopus”, explicó Luis Rey Castañeda.
Debido a que la generación del conocimiento es importante, pero también la difusión, ha participado en múltiples foros y congresos nacionales e internacionales en los que ha sido premiado tres veces. Obtuvo el primer y tercer lugar en las últimas dos ediciones del congreso LatinFood, un congreso muy importante sobre ciencia, biotecnología y seguridad alimentaria.
Ha colaborado con la Asociación Mexicana de Ciencia de los Alimentos (AMECA A.C.) en proyectos que integran y educan a comunidades indígenas, donde presentó unas infografías en lenguas Náhuatl y Otomí. También fue contratado por la Universidad de Guanajuato y por el parque de innovación Agrobioteg para impartir talleres de conservación y procesamiento de alimentos, como pan y tequila. En la misma UG impartió los cursos de química y ciencias naturales en los propedéuticos, considerándolo una actividad muy gratificante por la huella que se puede dejar en las nuevas generaciones.
“Para mí el trabajo es la clave de todo, y como quiero ser uno de los científicos más importantes de todo el mundo dentro de mi área, ya me encuentro trabajando en mis próximos proyectos. Recientemente escribí un artículo de divulgación para que niños y jóvenes conozcan a las flores comestibles mexicanas, que ya está aceptado por la revista de Frontiers for Young Minds. Asimismo está por publicarse mi segundo capítulo de libro en el que soy colaborador”, agregó el estudiante.
Recientemente fue invitado por el Dr. Stanislav Mulík de Penn State University, a escribir un capítulo del libro sobre flores comestibles. Esa colaboración es muy importante porque lo estará posicionando como uno de los científicos con mayor experiencia en ese tema. Actualmente, está aceptado en un programa de doctorado en el que pretende seguir estudiando alimentos autóctonos y desarrollar un proyecto que integre a científicos, empresarios, productores y estudiantes.
Finalmente, opina que “Fue muy importante ganar este premio porque quiero demostrar que el destino se forja con cada acción que realizamos en nuestra vida. Yo nací, crecí y vivo en una comunidad y para mí ha sido muy difícil desprenderme de las cadenas económico, sociales y culturales con las que nací y esto se nota cuando intentas romper una tendencia generacional y hacer lo que amas, que en este caso es hacer ciencia de calidad mundial”.