¿QUÉ HAGO SI MI HIJO PEQUEÑO PRESENTA CONDUCTAS AGRESIVAS?

Lupita Platt.

¡Mamita, su pequeña mordió a un compañerito!

Esta noticia suele no ser muy agradable para nosotros como papás, y nos hace dudar sobre cómo manejar la situación de la mejor manera para que no vuelva a suceder.

En nuestro rol de padres tenemos que saber que, dentro de las diferentes etapas del desarrollo, específicamente alrededor de los dos años, el pegar y morder es parte de su crecimiento. Los pequeños están desarrollando su área lingüística y controlando sus impulsos, ellos van a tratar de comunicarse de la forma que puedan y que les dé el resultado que quieren (algunas veces pegar y morder es una forma de lograrlo). Es importante que en este tiempo se empiece a trabajar fuertemente la empatía (hacerles ver que cuando pegan le duele al otro)

Por lo general nuestra primera reacción ante conductas agresivas, es molestarnos y responder con regaños y hasta con algún golpe, con esto, nuestro niño puede dejar de pegar o morder, pero sólo será por miedo a nosotros, y la conducta negativa muy probablemente volverá a aparecer.

Debemos tener presente en todo momento que, como papás, somos un espejo donde él aprende, si él observa cómo te controlas tú, ese será un ejemplo para él de autocontrol de su temperamento.

Con los hijos más grandecitos el enfoque es diferente, hay que recordarles que, aunque sí se vale estar enojado, la conducta agresiva no es aceptable y que hay alternativas de manifestar su enojo. Lo que estamos comunicando es que se acepta y se valida el enojo, no se trata de evitarlo sino controlar nuestras reacciones.

A los niños les ayuda mucho que como adultos les pongamos barreras físicas o verbales de contención, para que ayuden a que el enojo que están experimentando no se vaya a desbordar, como alejarlo del lugar unos minutos, hasta acompañar a tu hijo mientras sé que se calma, y explicarle que podrá volver a participar cuando esté listo para jugar sin hacer daño. Estar con el niño tolerando tu propio enojo por lo que acaba de hacer, es demostrarle tu amor, y es darle un mensaje de estoy contigo, te acompaño y te acepto.

Yo te recomiendo una dosis más fuerte de atención positiva, esto significa que dediques tiempo especial con tu hijo, como jugar a lo que más le guste a él, al menos 15 minutos al día, escucharlo y disfrutar estar con él. Establece límites claros, de lo que se vale y no se vale hacer y responde de manera inmediata.

Si nuestro niño es propenso al comportamiento agresivo, es importante que selecciones programas apropiados para su edad, es importante ver algunos capítulos con él, ya que es común que un programa que creemos apropiado para su edad puede estar cargado de gritos, amenazas, golpes etc.

Buscar actividades físicas donde el niño pueda expresarse y sacar su energía contenida lo ayudará a estar contento y de buen ánimo, además fortalecerás la relación entre ustedes.

Si ves que su reacción al enojo sigue en aumento y pasan las semanas sin mejoría, aunque intentes aliviar la situación, no temas en buscar ayuda profesional y así determinar la base del problema.

PsicologaLupitaPlatt@outlook.com

Personalidades comparte y agradece la colaboración de la Mtra. En Psicoterapia Gestalt Especialista en Niños, Lupita Platt.