Guanajuato, Gto..- Las Olimpiadas de Química a nivel internacional tienen un largo historial que data de hace al menos 55 años, cuando nacieron en el ahora extinto país de Checoslovaquia, y en las cuales México comenzó a participar de manera formal hasta 1992. Sobre el objetivo de esta competencia, el Mtro. Víctor Manuel Mejía Cobos, profesor de la División de Ciencias Naturales y Exactas de la Universidad de Guanajuato (UG), tiene una opinión muy clara: “El propósito fundamental de la Olimpiada es sembrar la semilla y eliminar el rechazo que normalmente se tiene por la ciencia”.
Él es Ingeniero Químico y profesor de tiempo completo de la Universidad de Guanajuato, pero desde hace casi 30 años es parte fundamental en la organización de esta competencia a nivel estatal, en la cual, solo en esta entidad, participan más de 100 instituciones educativas, sobre todo de nivel medio superior, quienes envían a sus estudiantes a participar, para formarse y con la aspiración de que también lleguen a competir a nivel nacional e incluso internacional.
El profesor explicó que a nivel nacional las principales instituciones que participan son la Academia Mexicana de Ciencias, el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías y la Universidad Nacional Autónoma de México. A nivel estatal es la Universidad de Guanajuato la que más se involucra. Internacionalmente forman parte de la organización sociedades químicas de México y sus equivalentes a nivel internacional, así como universidades de otros países.
Este año en el Colegio de Nivel Medio Superior (CNMS) de la UG hay un motivo extra para estar emocionados, ya que uno de los estudiantes participantes, fue seleccionado para competir a nivel internacional. Se trata de Julián Díaz Mojica, quien cursa el tercer semestre en la Escuela de Nivel Medio Superior de León Centro Histórico, quien en próximas semanas competirá en Suiza junto a las y los mejores estudiantes de química del mundo.
Esto conlleva un esfuerzo extra para las y los organizadores, aseguró Mejía Cobos, debido a las gestiones que deben realizar, pero que siempre valen la pena, ya que históricamente, estudiantes de la UG suelen tener participaciones destacadas. La “55th International Chemistry Olympiad Switzerland 2023” se realizará del 16 al 25 de julio en Zurich, en la que se contempla la participación de más de 900 personas.
Ahora mismo, preparar a Julián Díaz, es prioridad, sin embargo, no se deja atrás otras responsabilidades, como lo es preparar la Olimpiada del 2024, cuya organización comienza entre agosto y septiembre, pero también ayudan a más estudiantes que aspiran a participar, para lo cual se cuenta con el apoyo de profesorado y estudiantes de nivel licenciatura, quienes incluso en su momento participaron en este tipo de competencias, por lo que ahora transmiten de primera mano sus conocimientos y experiencias.
Para Mejía Cobos, el que haya representación de esta Casa de Estudios en la Olimpiada a celebrarse en Suiza, es el resultado más visible de formar parte de estas competencias, pero más allá de eso, el ser partícipes tiene otros objetivos a largo plazo y que no siempre se le da la importancia debida, como muestra de ello, compartió que estudiantes que han competido en esta Olimpiada, han llegado al nivel de doctorado, lo que les ha llevado a trabajar en el más alto nivel ya sea de la investigación, la docencia o la industria.
Pero no queda ahí, también estas competencias ayudan a tener un diagnóstico sobre la enseñanza de Química en el país. El académico explicó que “Toda la información y el contenido del curriculum de Química está determinado por los gobiernos, por las instancias que tienen que ver con la educación de un gobierno, y con la planificación que se debe de tener (…) por ello es determinante apoyar este tipo de eventos, porque de alguna manera nos dan una idea del avance que tenemos a nivel formativo en la UG”.
Además, el profesor explicó que las Olimpiadas de Química son útiles para encontrar e impulsar el talento de las juventudes, lo cual debe venir incluso desde el interior de la familia, dando la educación superior “el último empujón”, expresó.