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FORMA ACADÉMICA DE ASTRONOMÍA DE UG PARTE DE GRUPO DE ÉLITE EN TRASCENDENTAL DESCUBRIMIENTO

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Guanajuato, Gto.- En la nueva publicación de “Nature Astronomy”, revista de reconocimiento internacional, un grupo de astrónomo(a)s especialistas en emisión máser, dan cuenta de que fueron capaces de observar un disco protoestelar alrededor de un embrión estelar masivo con un detalle nunca visto. Forma parte de ese grupo, la Dra. Lucero Uscanga.

La Dra. Uscanga Aguilera es parte del equipo internacional de astrónomo(a)s responsables del descubrimiento. La profesora es integrante del cuerpo académico de Radioastronomía en el Departamento de Astronomía del Campus Guanajuato de la Universidad de Guanajuato (UG).

Explicó que las estrellas masivas pueden tener ocho veces o más la masa del Sol. Ellas funcionan como “fábricas atómicas” para generar muchos de los eslabones necesarios para la vida en el Universo y pueden cambiar la apariencia y evolución de las galaxias.

Las estrellas más masivas, dijo, se convierten en agujeros negros enigmáticos cuando mueren; y a pesar de su importancia en el universo, el proceso por el cual nacen las estrellas masivas ha sido un misterio por décadas, pero recientemente se ha sabido que éstas se forman en el corazón de discos de gas y polvo en rotación, conocidos como discos protoestelares.

Actualmente, la teoría principal en el área de investigación de la formación de estrellas masivas es la idea de “acreción episódica” donde los “grumos” de gas y polvo – nubecitas más densas que su entorno– ocasionalmente caen del disco protoestelar al embrión estelar localizado en el centro de dicho disco, produciendo estallidos.

Sin embargo, estos estallidos ocurren en escalas de tiempo de cientos a miles de años, y duran desde unos pocos meses hasta años solamente, por lo que son eventos muy raros de presenciar. Hasta ahora, las y los astrónomos habían observado solamente unos cuantos estallidos en estos embriones estelares masivos.  El más reciente e intensivamente investigado fue el estallido del embrión estelar G358-MM1 en 2019.

Hasta este momento, observar discos alrededor de embriones estelares masivos o alguna estructura espiral había sido un desafío para las y los astrónomos, porque se forman dentro de nubes densas de gas y polvo en presencia de turbulencia, que los hace invisibles a los telescopios ópticos convencionales.

Pero ahora, este grupo de astrónomo(a)s pudieron observar un disco protoestelar alrededor de un embrión estelar masivo con un detalle nunca visto.

Este hito científico fue posible utilizando distintos radiotelescopios alrededor del mundo, mediante la técnica de interferometría de base muy larga (en la que las antenas están separadas miles de kilómetros). La mayor separación entre las antenas fue 8442 km desde Jodrell Bank (Reino Unido) hasta Hartebeesthoek (Sudáfrica).

En total fueron usados 25 radiotelescopios ubicados en Oceanía, Asia, Europa y América, en los siguientes países: Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Reino Unido, Alemania, Italia, Polonia, España, Holanda y Estados Unidos. Este descubrimiento es fruto de la colaboración internacional de 37 astrónomos de los siguientes países: Japón, Corea, Taiwán, Tailandia, Estados Unidos, Malasia, Holanda, Letonia, Ucrania, Polonia, Italia, Rusia, Alemania, Australia, Canadá, Tanzania, Sudáfrica, Nigeria, Reino Unido, China y México, entre ellos, la Dra. Uscanga.

El equipo de astrónomo(a)s continúa con la búsqueda de estallidos en embriones estelares masivos, utilizando de manera conjunta radiotelescopios distribuidos en distintos continentes. Todos ellos colaboran científicamente en una Organización de Monitoreo de Máseres llamada M2O. Hasta ahora, sólo tres estallidos han sido vistos y el equipo espera encontrar muchos más en otros embriones estelares.

Finalmente comentó que la trascendencia de estos avistamientos, es que las y los astrónomos serán capaces de entender mejor el nacimiento de las estrellas masivas, que son “las progenitoras enérgicas de la vida en el Universo”, como las definió el Dr. Ross Burns, investigador en el Observatorio Astronómico Nacional de Japón, y líder del equipo internacional de astrónomo(a)s responsable de este hito científico.

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